Testigo privilegiado de la última cena de los Redondos (Parte I).

 Testigo privilegiado de la última cena de los Redondos (Parte I).

Tratar de descifrar el fenómeno de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en nuestro país será siempre un trabajo incompleto. Muchas miradas, muchas interpretaciones, muchos sentimientos. Un descubrir en constante proceso. Para aquellos que supimos ser parte de la misa ricotera la razón no entra en ningún canon de análisis posible a la hora de hablar de la popularidad, de la masividad de una de las bandas ícono de nuestro rock, el argentino. Agosto pasado marcó 20 años del último recital realizado por los Redondos, aquel en el Chateau Carreras (hoy estadio Mario Alberto Kempes, Córdoba). Claro está con el diario del lunes porque posteriormente a ese toque en tierras cordobesas tenían pensado brindar en diciembre un show en Santa Fe. En el medio de esa historia, hubo también un hecho que cobró gran relevancia al cumplirse dos décadas del último adiós ricotero de los escenarios.

Martín Correa es periodista de la radio FM Mega 98.3 en Buenos Aires, profesor en la escuela de periodismo ÉTER, hombre muy ligado al mundo rock y fue testigo privilegiado del último encuentro de la cúpula mayor de los Redondos con los medios de comunicación. En octubre de 2001 junto a otros colegas, Pablo Marchetti y Humphrey Inzillo, por entonces todos integrantes de la revista La García, realizaron una entrevista en un bar de Palermo teniendo como disparador el toque que se venía. Largas horas de charla, pizza y tragos de por medio. Hasta ahí todo transcurría en absoluta calma porque luego el tiempo confirmaría que esa entrevista fue la última brindada conjuntamente por el Indio, Skay y la Negra Poli. Lo menos pensado sucedió, como dice en la canción Jijiji “una noche de cristal que se hace añicos”, horas después en la casa de Skay y Poli, con el Indio le ponían fin a los Redondos sin despedida alguna con su público cara a cara.                        

A ese instante en armonía, a esa entrevista la hicieron libro con todos los detalles en clave testimonio, registro.

En esta extensa charla con El Árbol Cultura, la dividimos en 2 partes, Martín nos adelanta aspectos del libro “La última noche de Patricio Rey”, sus sensaciones de aquel suceso, y también opina sobre la actualidad del rock argentino y del documental “Rompan todo” de Gustavo Santaolalla, entre otras cosas. Aquí va la primera entrega…   

-Recientemente lanzaste junto a otros colegas “La última noche de Patricio Rey”, ¿qué nos podés adelantar del libro?

-Es un libro que venimos trabajando o pensando desde hace más de cinco años con Pablo Marchetti y Humphrey Inzillo, son mis compañeros y coautores del libro, que eran mis compañeros en la revista La García, revista de rock emblemática de fines de los ‘90 y principio de los 2000, que me parece a mí supo leer un momento de la historia del rock y del periodismo del rock, llamó mucho la atención no sólo del público, porque andaba muy bien la revista, sino también de los músicos. Eso fue lo que nos llevó a nosotros en ese momento de mayor popularidad de los Redondos (Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota) entrevistarlos tres veces. Recordarán que los Redondos daban muy pocas notas. Tuvimos el privilegio durante dos años y medio más o menos de hacer tres, lo cual ya era algo espectacular, algo que para nosotros en lo íntimo era para recordar toda la vida en nuestra carrera y también para los tres como ricoteros era algo que íbamos a llevar en el corazón. Lo que ocurre en esa tercera entrevista, que es la que está en el libro, ocurrió algo todavía mucho más loco. Esa misma noche, ellos (Indio Solari, Skay y la Negra Poli) después de esa entrevista terminaron con los Redondos. Terminaron de separarse de alguna manera. Por lo tanto fuimos testigos nosotros tres de la última noche de la plana mayor de los Redondos en armonía, cuando digo en armonía digo la total verdad porque estuvimos 3 horas y pico en situación de nota con el grabador encendido y nos quedamos 3 o 4 horas más en situación de bar observándolos a ellos charlando, poniéndose al día, reírse, contándose anécdotas y nosotros mirando para un lado y para otro como espectadores de tenis (risas). Por lo tanto cuando años después nos enteramos que esa había sido la última noche nos llamó mucho la atención y también nos puso en un lugar tal vez de privilegio de haber sido testigos de ese último momento de los Redondos juntos. Eran los personajes más populares del rock argentino, tal vez de la historia, de una banda con la popularidad y el fenómeno que fue los Redondos. Así que yendo hacia el libro, cuando nos enteramos de esto que fue contado por el Indio y por Skay, confirmados por ellos, nosotros no sabíamos, teníamos un rumor, cuando ellos lo confirman empezamos a hablar entre nosotros y dijimos “esto es un flash!”, incluso era la típica anécdota que contás en los asados entre amigos y ellos te dicen “che, pero eso es un libro. No van a hacer nada?”. Y la verdad que estuvimos así unos cuantos años y calculo que la situación pandémica nos puso en una especie de situación de presión linda ya que se cumplen 20 años de esta última entrevista. Entonces nos decidimos sacar este libro que es un documento, un testimonio. Está la entrevista completa, de punta a punta, cosa que en la revista (La García) no había salido completa. Cuando decidimos hacer el libro alguien hizo la pregunta de la discordia “che quién tiene los cassette con la grabación de la entrevista?” (risas). Pablo buscó y nada al igual que Humphrey. Yo tenía la esperanza en una caja que tenía por ahí, de recuerdos, de mudanzas, de esas cosas de la vida, y los encontré…mirá (se levanta y muestra los cassette). No sabés el terror que tenía cuando fui a reproducirlos, no sólo porque podía estar dañada la cinta sino también porque quería estar seguro que fuera esa la entrevista. Sólo en la cajita decía los Redondos. Además tenía miedo de que se me enganchara la cinta. Lo reproduje y anduvo bien. Lo lleve a la radio para digitalizarlo. El proceso de desgrabación fue una de las cosas más flasheras de este viaje que fue la preparación del libro porque fue escucharlos a ellos y a nosotros 20 años atrás, es un viaje en el tiempo.   

Cassettes originales de la última entrevista a Los Redondos

-¿Qué detalles recordás de ese encuentro?, ¿habían planificado quién preguntaba qué?

-Nuestro equipo estaba armado. Tal vez estaba dividido así…por ahí yo era el que más data tenía, Pablo era el más profundo y Humphrey el pendejo cara dura que no le importaba nada que podía preguntar cualquier cosa con la impunidad que te da la juventud (risas). Era verdad que uno se preparaba porque ésta era una final (risas). También es cierto que estábamos preparados antes de entrevistarlos por primera vez. En lo personal una de las razones o la razón de por qué me dediqué al periodismo era entrevistarlos a ellos (Redondos). Imagínate se me estaba cumpliendo el sueño. Nos preparamos bastante. Esta entrevista en particular fue raro desde el comienzo porque las dos anteriores habían sido en la casa de Skay y Poli, y por refacciones nos citan en un bar de Palermo. Un martes a la noche. En la grabación de la entrevista se escucha siempre el sonido del bar lo que le da también un color. Seguramente alguna vez haremos algo con la parte auditiva de la entrevista porque es muy rico lo que se escucha ahí. El sonido de las copas mientras comíamos piza. Otra particularidad, la coyuntura de esa entrevista, la excusa, era el show que iban a dar en Santa Fe.

-Para diciembre (2001)…

-Claro, faltaba un mes y medio más o menos. Entonces en la revista de noviembre iban a salir ellos en la tapa y en diciembre íbamos a ir al show. Pero claro cuánto podés hablar de algo que no ocurrió, no podés escribir mucho, entonces hablamos del show en Córdoba (04/08/2001), que terminó siendo el último, hablamos del show en Montevideo, y después hablamos de cualquier cosa. El título que salió en la revista La García fue “Los Redondos del universo al bife” y tiene una explicación. El Indio nos cargaba diciendo “loco en las entrevistas con ustedes terminamos hablando de cualquier cosa, hablamos del universo y después del bife. Con uds. las entrevistas son del universo al bife”, dijimos esto es un piropo porque terminábamos hablando con los Redondos de cosas más triviales, más normales…

-Más terrenales…

-Claro, porque si vos le preguntás al Indio sobre la cultura rock él prende el cassette y arranca. Está cómodo ahí. Yo como lector quería también saber otras cosas de los Redondos. Logramos sacarles datos en estas entrevistas que antes no se conocían, con la naturalidad que te da esa impunidad…“y bueno ya estamos acá, nos aceptaron no sólo una sino tres veces y preguntamos lo que se nos canta”. Y nos contestaron todo.

-Leí el libro y pude ver a un Indio totalmente abierto, hablando de sus gustos como Nueva York…

-Fijate en la parte que ellos se ponen a conversar de Nueva York porque habían sido los atentados de las Torres Gemelas, el Indio habla de Nueva York y dice que se identifica más con la gente de ahí y no con los afganos. Y Skay dice lo contrario, y empiezan a discutir también sobre Cuba, por ejemplo. Las dos posiciones, que por ahí no te la esperabas, pero también se empiezan a romper mitos sobre la vida de ellos. Esto es interesante. Por ahí la pregunta que vos tenías guardada es “che notaron algo entre ellos…alguna diferencia que pudiera provocar una pelea”. Que pudiera provocar una pelea?…para nada, pero sí notamos las diferencias entre ellos de vida que ya llevaban. El Indio recluido en Parque Leloir, sin salir a ningún lado salvo viajando a Nueva York o algunas otras cosas así, y a Skay y Poli, te los encontrabas en la noche porteña, en los bares, en los shows. Entonces lo que se empieza a ver o lo que se ve ahí es la diferencia de vida que ya tenían. Incluso cuando hablan sobre la música, cómo producir, cómo hacer las canciones de los Redondos, ya a esa altura el Indio hacía por un lado, le mandaba a Skay, éste le subía lo suyo y se lo devolvía, y después se juntaban para la grabación del disco. El Indio no iba a los ensayos. Skay seguía ensayando con los Redondos dos veces por semana. En la lectura del libro se ven varias diferencias entre ellos lo que pasa es que esas diferencias no tienen porque provocar la separación de un proyecto como los Redondos. Es más creo que esas diferencias hacían la riqueza de ellos, hasta musicales y que aportaba cada uno, me parece que era lo rico de ellos. Evidentemente eso se rompió. Se venía resquebrajando y esa noche se rompió. No es algo que pasa de un día para el otro, como todas las relaciones, por ahí un día con una boludez  te detona la relación pero todo lo que se fue gestando antes es la verdadera razón. Así que eso es lo que pudimos notar nosotros ahí, por supuesto con el diario del lunes…esa misma noche de la última entrevista el Indio le había llevado seis canciones nuevas a Skay para un próximo disco. Cómo te ibas a imaginar que se iban a separar, imposible. Estaba todo encaminado pero algo ocurrió cuando ellos se fueron.

-Hablás de la satisfacción del momento de hacerle esa entrevista pero 20 años después magnifican ese instante…

-Totalmente. Mientras hacíamos el libro nos dábamos cuenta que tenía una riqueza fabulosa ese material. Esto está hecho también desde un lugar de amor total por la banda, por ellos, de agradecimiento por habernos abierto las puertas. Eso es lo que más o menos intuíamos mientras hacíamos el libro. Estamos muy felices, la gente, los colegas te comentan lo que interpretan y lo que les pasa al leerlo. Hace unos días mandamos a imprimir la segunda edición del libro. Esa es la sensación que estamos ahora viviendo con el libro.

-Teniendo en cuenta los trabajos solistas del Indio y de Skay…¿crees que terminaron siendo fieles a lo que pensaban artísticamente cada uno?

-Está clarísimo desde el primer disco de Skay y del Indio. Ahí ves la división. Si juntás eso son los Redondos. El Indio siguió trabajando como quería trabajar y Skay siguió trabajando como a él le gustaba. Los dos cuando estaban juntos en los Redondos cedían, negociaban, para que haya de las dos formas. No solo en cuanto a lo musical. El Indio empezó a trabajar de una manera que él creo que reclamaba que era abarcar todo el negocio, batir récord de convocatorias, tener el negocio del merchandising, y Skay y Poli tocando en teatros, lugares tranquis, yendo a ver show de bandas de la noche porteña. Cada uno siguió en la vía que quería por lo tanto creo que también es un buen mensaje. No continuar con algo que no daba para más…

Muy pronto se viene la parte II de esta riquísima entrevista con Martín Correa, con muchos más detalles de aquel inolvidable «encuentro» con el tridente Indio, Skay y Poli.

El Árbol Cultura – “Amamos lo que hacemos, trazando puentes”   

EL ARBOL CULTURA

Post Relacionados