«La violencia nació conmigo» Crónicas de vidas en conflicto.

 «La violencia nació conmigo» Crónicas de vidas en conflicto.

Se presenta hoy a las 19.30hs en el Auditorio de Radio Nacional Córdoba (Santa Rosa esquina General Paz, Córdoba) el libro del periodista y escritor Alexis Oliva «La violencia nació conmigo. Crónicas de vidas en conflicto» de ediciones Recoveco.

La crónica como formato periodístico, es el que mejor maneja Oliva, siendo sus textos una maravillosa manera de acercarse a lo humano y sensible detrás de cada acontecimiento. Bien podría este escritor, solo narrar lo transcurrido sin involucrar su vida y su palabra, pero la fibra más íntima de su ser no le permite la tibieza de pasar por arriba, entonces agudiza la mirada y con ella el sonido de sus manos en el teclado es sentencia que exige, que dictamina, que recuerda a cada instante que el olvido no es opción, que la justicia debe buscarse siempre, que la esperanza triunfará en algún momento solo sí hay quien la busque, la encuentre y la cuente.

No es posible acercarse a un texto de Alexis Oliva y salir de él de la misma manera que una entró. No. Las palabras, la máquina de escribir, el teclado agiornando la herramienta a nuestros días, es el arma que una vez refiriera Rodolfo Walsh al hablar del oficio del periodista y Oliva no solo lo comprendió sino que lo hizo carne, forma de vida, pasión. Es por eso que es tan interesante leerlo, porque él encontró la forma, con sus crónicas, de afirmar aquello de que la realidad puede cambiarse desde el lugar de cada uno, como semilla, como pregunta, como protesta, como marcha, como grito. Entonces desde lo profundo emerge, y si es violencia lo que emerge es deber estar a la altura de sanarlo, de convertirlo, de contarlo y que se vea, de hacernos cargo como única manera de comenzar a cambiarlo.

En unas veinte historias de vida atravesadas por el conflicto, Alexis Oliva explora los límites de la crónica, como testimonio periodístico de luchas por derechos humanos, como narración de personas, colectivos y territorios, como denuncia de crímenes y abusos de poder. Son veinte historias organizadas en cuatro capítulos: lesa – tumba – cuerpes – banderas.

El encuentro de esta tarde en el auditorio de Radio Nacional Córdoba promete ser de lo más interesante, ya que estas veinte historias irán desglosándose en la charla entre Luis Zanetti, Casandra Sandoval, Fabiana Bringas y el mismo Alexis Oliva. El marco artístico de la presentación lo aporta la música a cargo de La Fe y Barrio Limbo, Marcelo Pezzotta, Galo Oliva y Claudio Ceballos.

A continuación compartimos con ustedes, nuestros lectores, fragmentos de los textos de La Violencia…

Natalia Gaitán tenía 27 años y en el barrio Parque Liceo segunda sección la conocían como Pepa. Su madre, Graciela Vázquez de Gaitán, conducía la asociación Lucía Pía, donde despuntaban el hábito de la solidaridad hacia los necesitados de esa zona de la periferia norte de Córdoba. Entre ellos, el matrimonio de Daniel Torres y Silvia Suárez, a quienes les dieron trabajo en el comedor comunitario y en la guardería de la ONG. De una pareja anterior, Silvia tenía una hija de 16 años, que entablaría una relación de amor con Pepa.

Cuando la chica sinceró el vínculo en su casa, para su madre y su padrastro fue como una declaración de guerra. La adolescente tuvo que abandonar el hogar y acudió a una tía que le brindó alojamiento desde julio de 2009 hasta enero de 2010, cuando decidió defender su elección e irse a vivir con Pepa, al pequeño departamento que su padre alcanzó a construirle antes de morir, en la misma sede de Lucía Pía.

Todo comenzó ahí, la tarde del sábado 6 de marzo de 2010, cuando mates de por medio la pareja le contaba sus penurias a su amiga Gabriela Cepeda. Indignada, Gabriela decidió intempestivamente terciar en el conflicto y partió hacia la casa familiar de la adolescente, a sólo tres cuadras de distancia.

Al llegar, encontró al matrimonio tomando mate en la vereda con sus dos hijos menores. Gabriela se trenzó en una discusión con Silvia, la disputa fue subiendo de tono y hasta hubo “un par de manotazos”. Mientras tanto, en la sede de la asociación civil, Pepa y su novia comenzaban a preocuparse.

Según consta en el expediente judicial, eran casi las 19.30 cuando Pepa acudió sola a ver qué pasaba y al presenciar la pelea quiso retirar a su amiga, pero se produjo una nueva escaramuza, esta vez entre Silvia y Pepa y con Gabriela intentando separarlas. En ese momento, Torres –quien no había participado de la discusión ni los forcejeos– entró a la casa y salió con una escopeta calibre 16, caminó hacia donde estaba Pepa, “sin mediar palabras le apuntó”… y disparó a quemarropa.

La perdigonada dio de lleno en el hombro derecho de la joven, que alcanzó a caminar unos pasos antes de perder el conocimiento y quedar tirada en el lugar durante más de una hora. Su madre tuvo tiempo de llegar y abrazarla, hasta que por fin la ambulancia se animó a entrar al barrio.

(De Fusilada por lesbiana / Natalia Pepa Gaitán, capítulo 3: Cuerpes)

Desde la sentencia han vuelto a aparecer. Cada vez más bajo, cada vez más cerca.

—Lo hacen para provocar y meterle miedo –dicen.

¿Cómo se verá el campo de Ramona desde las avionetas fumigadoras? El híbrido de rancho y carpa donde ella vive; la vivienda de ladrillos de su hijo Orlando; los corrales de cabras, la represa y el tunal; el excusado y el pozo de agua; la carpa más amplia donde a veces se junta gente de afuera –y más en estos días, desde la sentencia–. ¿Cómo se verán las ruinas de la casa de material, varias piezas y baño adentro, que demolieron las topadoras custodiadas por policías aquel 30 de diciembre de 2003?

La jueza Emma Del Valle Mercado, a cargo del Juzgado Civil, Comercial, Conciliación y Familia de Deán Funes, hizo lugar el 26 de febrero de 2021 a la acción de desalojo interpuesta por los hermanos Edgardo y Juan Carlos Scaramuzza, productores y empresarios rurales de Oncativo, contra Ramona Orellano de Bustamante. La sentencia la condena a “desalojar en el término de diez (10) días hábiles de quedar firme el presente resolutorio, y a entregar libre de personas y/o cosas puestas por ella, o que de ella dependan, el inmueble objeto del presente juicio, ubicado en Puesto de Luna, Pedanía Candelaria, Departamento Río Seco, de esta Provincia de Córdoba (…) Bajo apercibimiento de lanzamiento por la fuerza pública”.

Despierta desde el alba, Ramona teje al crochet en su habitación hasta que la temperatura sube lo suficiente como para no contradecir la orden médica de “cuidarse del viento sur”. Cumple 95 y a pesar de las gestiones del MCC todavía no ha sido vacunada contra el Covid. En los últimos años, ha sobrellevado tres neumonías y le tiene más fe a su Virgen de la Merced que a la Sputnik V o la AstraZeneca. En una pared, un cartel reza: “Cuidemos entre todxs a Ramona. 1) Lavarse las manos con jabón. 2) Mantener la distancia. 3) Usar barbijo. 4) El baño es exclusivo de Ramona”. 

(De Historia de un despojo / Ramona Orellano de Bustamante, capítulo 4: Banderas)

Agradecemos a Carolina Rojo por la foto utilizada para la portada de esta nota.

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